Paralisis.
Un sonido que no puedo concretar en mi cabeza.
Mil personas en mi mente. Pensamientos que me turban.
No los reconozco. No se que pensar.
Pero escribir o dibujar.
O graficar alguna cosa.
Necesito dar algo de mi, y que sea recibido.
No se como pedirlo.
Siempre es tomado a mal.
Y siempre sera rechazado.
Siempre estaré equivocado.
Siempre sere el perdedor malvado y controlador.
Tan solo quiero ser escuchado,
y que se me preste un poco de atención.
Pero es agonizante ser sumiso,
me gusta, pero me tortura,
porque aquella que yo amo,
me lo recuerda en su ternura.
inocentemente distraida,
me devuelve esas agonias.
Y aunque se lo diga,
jamas se detendra.
Mis lagrimas se volveran a derramar.
Y temo que explote mi cabeza,
no hay ya forma en la que me pueda desahogar.
Seguiré siendo aquel fiel poeta de cartón
Tomamos por las astas a un toro que era mucho más fuerte de lo que creíamos.
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