Mirando,
la niebla densa
se propaga entre
mis pesadillas.
Que agonía
de mis brazos
el calor
del viento que ruge
como sonido de vapor.
Es este tren un infierno
que me sacude
en pensamientos de
viajero amodorrado.
Pero el paso de las horas
que me llevan a destino,
me detienen ante el perspicaz
guarda de las vías,
y salgo, traspasando una linea,
Estoy en bote de caimanes,
Soy lobo
y como salvaje
me siento abrumado.
Las analogías se me han
perdido en las paradas.
Abrí la ventana, y
el aire las absorbió
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