no aquel amargo,
sino del cómodo y amable.
Un silencio enamorado.
Porque de palabras viejas
ya es innecesario.
Mas amarte y contemplarte
con mis ojos callados,
son la dulce melodía
de esta romántica composición.
Tardes de octubre,
con lluvia y una primavera
que en clima es impredecible.
Lejos de las vías tan cercanas,
aquel tren que me acerca a sus brazos.
Vivo hoy como un viajero,
en dos casas separadas,
por kilómetros de metros.
Una lejanía me apasiona,
a viajar todos los días.
Porque allí esta el amor
de mis caricias.
El corazón que late
hoy por la tez morena
de mi suave pareja.
La amo a pesar
de las estrellas
que nos desafían
a estar lejos
por algunas horas
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